
Entonces, partimos ayer al recién estrenado Arena Santiago, que si no fuera por la falta de calefacción diría que por fin nuestra amada capital cuenta con el espacio idóneo para realizar espectáculos a nivel de cualquier otra del primer mundo.
A mi me dijeron; danza, música celta, zapateo y coreografías... uhm, no me pareció mal. Veremos de qué se trata.
Honestamente, me pareció un show regular. El baile es bonito, la música agradable (aunque un poco monótona), los chicos son guapos (el menos de lejos daban el gatazo), pero aún así, nos anduvimos aburriendo un poco.
Por más que le trataran de meter historia al asunto, cada escena no dejaba de ser más de lo mismo.
Al final, mi mayor sorpresa fue ver lo mucho que aplaudía la gente. Por un momento pensé; algo me perdí o será que con esto de mi viaje (luego hablare de ello) mi mente estaba en cualquier parte menos en eso. No sé, a mi madre tampoco le gusto demasiado.
Y bueno, fue para nosotras debut y despedida de Lord of the Dance.