
Pero así como hay ciudades que encantan de una, Barcelona te va conquistando poco a poco.
De entrada me parece bastante distinta a Madrid. Tiene mucho verde, rodeada de colinas, una arquitectura afrancesada y todo es bilingüe ¡Joder, si estamos en Cataluña!
Los catalanes no se sienten españoles y eso se nota no sólo por el idioma que hablan sino que también por el trato que es menos cordial que el de los sureños, tan simpáticos ellos.
Por primera vez en Europa me siento un poco insegura. Veo un intento de robo frustrado a la salida de la estación de buses y recibo advertencias como la de llevar la mochila por delante. Bah, tuve un dejá vu a Santiago.
Como todo en general se ha ido alineando tan bien en este viaje, Barcelona no es la excepción y justo la fecha que decido ir coincide con la celebración de la Fiesta de la Mercé, la patrona de la ciudad.
Me encuentro con escenarios, muestras de actividades típicas como los Castells (torres humanas), el metro abierto las 24 horas, los museos gratis el domingo y conciertos por las noches.
Vamos al Forum con Félix, el amigo de mi hermano, y conocemos dos grupos de música "Los Secretos" y "The Infadels", bastante buenos ambos. El segundo se presentó en un escenario de MTV, mientras estamos ahí le digo a Félix que estos son los típicos conciertos que ves en la tele y dices "qué choro lo que pasa en Europa, que ganas de estar allí".
Hay juegos mecánicos y una rueda de la fortuna (noria para los españoletes) gigantesca, Félix me da valor y nos subimos, aunque yo cobarde como siempre, intento revender los boletos a última hora.
Los primeros días en Barcelona me tocaron feos y hasta me llovió, así es que aproveché de ir a los museos y casas de Gaudí. La arquitectura en Barcelona es verdaderamente destacable. El estilo llamado modernismo caracteriza buena parte de la ciudad y yo que soy fanática del mosaico aluciné con el trabajo de los catalanes.
Gaudí definitivamente es un arquitecto de cuento de hadas. Así como Dalí también pone de su parte en el Teatro-Museo de Figueras con su decoración exterior de huevos en el techo y todo ello.
Barcelona, al igual que Paris, es de motos y bicicletas. Toni (uno de los amigos donde aloje) me fue a esperar al terminal en moto. Fue muy choro recorrer las calles en su motoneta.
Y bueno, está también la Barceloneta, el área de las playas, que de repente es como estar en California. Mucho voleyball, bronceador y agua de mar tibia.
Voy caminando y empiezan a aparecer los top-less. Al principio la cosa es piola, pero al rato en las playas más cercanas al Forum empiezan a aparecer los piluchos.
Es divertido por que Félix me lo había dicho pero no pensé que estuvieran así no más tan cerca de la ciudad. Mi mentalidad chilena-cartucha aún pensaba en playas escondidas y apartadas donde se hacía el nudismo.
Finalmente, las fuentes de agua y los fuegos artificiales de la Plaza España. Si algo me acordaba de niña, era del agua bailando a ritmo de música clásica. Pues tuve la suerte esta vez, de que por ser el cierre de la Mercé, tiraran fuegos artificiales. Casi una hora duró el espectáculo de agua, luces y fuegos artificiales con fondo de jazz. Fue fantástico, lo gocé como cabra chica, en compañía de Sergio y su amigo catalán Jordi.
Tremendo final para
Escrito el 3 de octubre 2006
2 comentarios:
Que envidia, realmente ¡¡que envidia!!
está reweeeno el nuevo template, bastante acorde.
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