viernes, septiembre 08, 2006

Entre medio Madrid

Y ahora estoy en Madrid muriéndome de calor. Ayer pensé que me desmayaba en la calle, venía como zombie de vuelta al departamento como a eso de las 5 pm. Todos los locales cerrados, entiendo lo de la siesta. ¿Quién va a salir a la calle con este pinche calor?

El primer día de vuelta lo dedique a lavar toda la ropa sucia, que no era poca. Al día siguiente, es decir, antes de ayer me fui al Centro de Arte Reina Sofia. Decidí partir por ese museo no sólo por que es gratis en la tarde los sábados sino que por que me tinco me gustaría más. Asi no más fue.
El edificio enorme, cuatro pisos de arte contemporáneo más que nada español, además de exposiciones temporales. Estuve metida allí como 4 horas. Es de esos típicos museos que después de un par de horas ya no quieres más guerra. Si viviera acá en Madrid optaría por verlo por días, o mejor por pisos, para poder disfrutarlo más. La sala que más me gustó fue la de Dalí. También disfrute con las instalaciones que siempre sorprenden y te sacan de lo típico. Al último estuve como 1 hora más en la librería del museo, entre tanto libro gráfico de repente sentí que esa era mi parte favorita.

Al día siguiente me prepare sicológicamente para el Prado. Sabía que estaba la muestra de Picasso y que probablemente habría cola para entrar. Decidí no hacer la cola, entrar por un costado y recorrer ordenadamente el museo por plantas. La diferencia esta vez fue que más que nada camine y sólo me detuve en las pinturas que en realidad me interesaban. Como no soy muy fan del arte clásico y ya en Italia había visto un montón, fui avanzando rápidamente y casi sin darme cuenta recorrí entero el museo. Lo que es interesante, más que las pinturas en sí, es descurbrir la mano del pintor e ir dandose cuenta de la diferencia entre un Rubens, un Greco o un Goya, por ejemplo.

Cuando casi me iba arrancando del museo dí con la bajada al sótano donde se encuentra una exposición de arte decorátivo muy bella, que me gustó por que es más piola y los objetos que se pueden apreciar allí, como copones, vasijas, etc, son un trabajo artesanal bastante impresionante.

Saliendo de ahí fui a almorzar. Se me ocurrió pedir tortilla de papas con morcilla, que fue el único relleno que más o menos me sonaba. Cuando llegó el plato me acordé de lo que son las morcillas, nuestras prietas (guacatelas), pero en fin me la comí igual y la pase con cerveza, por que estaba súper seca.

Volví al Prado a ver lo de Picasso y luego de vuelta al tren, en donde me pegue tremenda siesta no sé si por el calor, la cerveza o ambos.

Escrito lunes 4 de septiembre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es reraro, escribirte a través de esta cosa y suena como a un viejo, pero bueno todavía no me ha llegado la modernidad, yo te cuento que por acá te perdiste los "festejos" del 11 y nos preparamos para el 18...