
Si en Florencia hay que partir con guía en mano para recorrerla, en Venecia basta dejarse llevar y perderse simplemente entre calles y canalas.
Llegamos a la estación y prefiero esperar por el bote-colectivo antes que caminar hasta el hotel, que de acuerdo al mapa, parece lejos. En Venecia esta todo tan bien organizado que los trayectos de los botes son como líneas de metro. Buscas en el mapa cual te sirve y te vas a esperar al muelle donde para ese barquito en específico. Es caro, eso sí, ya desde el transporte te das cuenta más o menos como van a andar las cosas.
En Venecia es im

Venecia es una ciudad netamente turística y eso como que al rato cansa un poco. Además, por lo mismo, te cobran por todo hasta para entrar a una iglesia. Pero aún así es encantadora.Nos dedicamos a caminar, a seguir puentes, a buscar la orilla del mar y llegamos a una parte que esta cerca de la Academia en donde las calles son un poco más amplias, limpias y menos saturadas. Finalmente llegamos a la orilla donde hay una peatonal y te puedes sentar a sentir la brisa por horas.
Venecia se trata de decir quiero ir para allá, a esa cupula o ha esa iglesia y de encontrar el camino cómo llegar.
Estuve en el Puente de los Suspiros, tanto adentro como afuera. Vi muchas gondolas. Subí al campanario de la Plaza San Marcos, al Palacio Ducal y al Museo de Peggy Guggenheim, entre otros.
En la noche, encontramos un lugar menos turísticos donde comer y nos hicimos fanáticos. Era una carpa que había puesto el partido comunista para celebrar o protestar por no sé que. La cuestión es que tenían comida y música en vivo. El ambiente era tan de amigos que te daban ganas de ser "compañero".
Cuando llegamos a Venecia mi amigo se acordó de la canción de Charles Aznavour y se puso a cantar. Yo en cambio no paré tararear en todo tiempo "vamos juntos hasta Italia quiero comprarme un jersey a rayas..." de los Hombres G.
1 comentario:
Dale con lo de "compañeros" amiga...jejejeje. Sorry, pero no pude evitar el comentario.
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