miércoles, agosto 23, 2006

Volar en primera



Si de por si viajar es bueno. Si es a Europa más. Si además las vacaciones son de 40 días... cuando pensaba que no se podía pedir más, me dan un ascenso a primera clase en el avión.

No lo podía creer, de hecho le dije a mi mamá que me llamara poquito antes de que despegaramos para comprobar que efectivamente estaba en primera plus de Iberia.

El milagro se dio por la típica sobreventa del vuelo, lo que llevó a que mi compañera de asiento (una inglesa) y yo fueramos gratamente "upgradeadas".
Fue tan divertido por que pareciamos niñas. Revisando los compartimentos, las múltiples posiciones del asiento, la montonera de peliculas y canales, en fin. Ella me decía pellizcame para ver si es verdad, y yo casi lo hago de los puros nervios y la emoción.

El viaje fue súper placentero. Si hasta se mueve menos el avión en primera. Además, el buen clima nos acompañó todo el trayecto. Comimos a la carta, bebimos de igual forma y nos echamos en nuestros asientos casi cama.

Cuando llegué a Madrid (hoy) estaba amaneciendo. El aeropuerto súper moderno, muy lindo aunque algo enredado.

A la salida estaban los amigos de Martin esperandome, muy puntuales.

Y bueno luego de dormir un rato fui a dar una vuelta por la ciudad. Mañana recorrere un poco más antes de salir para Italia.

Hace un calor acá, que todo se hace lento. Me ha gustado mucho, sobretodo por que no es dificil moverse y hasta ahora todo ha sido de primera clase.

viernes, agosto 04, 2006

Europa


Años atrás, el aeropuerto de Santiago era algo más parecido a un terminal de buses que de aviones. Atravesabas una entrada con el cartelito de "Policía Internacional" (de ahí viene que aún le llamemos así), para llegar a un sala de espera única para todos, dónde ya no podían ingresar tus familiares. Luego te recogía un bus que te acercaba al avión. Caminabas y justo ahí, en la escalera, cuando estabas a punto de abordar, había un fotógrafo que te pedía mirar unos instantes al pajarito y que luego, cuando el vuelo ya se iba, buscaba en el interior del aeropuerto a familiares que estuviesen interesados en comprar esa foto.

Por años me quejé y me reía de lo anticuado del aeropuerto de Santiago, cómo no existían mangas, por ejemplo. Pero si no hubiese sido de esa precariedad, probablemente, no tendría esta foto que me trae tantos recuerdos.

Fue el año '87. Era la primera vez que tomaba un avión, que salía de Chile y finalmente, la primera y única vez que he ido a Europa.
Me acuerdo que en esa misma escalera, un poco más arriba, iba un cabro con su abuela. Nosotros íbamos súper emocionados con mi hermano, pero ellos lloraban. Pensé que eran exiliados o algo así, tenían toda la pinta, daba pena en realidad verlos.

El avión era de Air France y tenía dos pisos, eso era lo más choro. Lo recorrimos entero, por que gracias a ser niños estuvimos hasta en la cabina.
Mis compañeros me habían recomendado robarme todo lo que pudiera del avión (uno sugirió hasta el chaleco salvavidas de debajo del asiento). Entonces aplicamos la técnica de votar al suelo los cubiertos para recogerlos después. También, fuimos guardando toda la comida que no comíamos. Lo divertido fue que al lado de nosotros iba una señora francesa muy amable pero extremadamente hedionda. Me fui todo el viaje aguantando su mal olor, hasta que llegando a Paris, cuando ya hacía rato habíamos dejado el avión y el olor persistía, me di cuenta que no era la señora la hedionda si no yo, que se me había ocurrido echarme uno de los quesitos franceses del almuerzo en el bolsillo de la blusa.

Fui a Europa siendo niña y volví adolescente. Aunque fue un viaje de un mes y poco más, algo pasó en el trayecto que me vino todo el desarrollo (trataré de encontrar una foto que de prueba de lo que digo).

Han pasado un montón de años y ahora estoy de apunto de volver a Europa, ¿cómo regresaré esta vez?